Nuevo hachazo fiscal

La banca califica el impuestazo de «doble imposición de libro» y recurrirá su inconstitucionalidad

Bajistas Santander BBVA Ibex
Sedes de los principales bancos españoles.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La banca ha estallado contra el «atropello» que, a su juicio, supone el nuevo impuestazo con el que Pedro Sánchez pretende recaudar 3.000 millones y cuyos detalles fueron conocidos ayer. El sector opina que se trata de una «doble imposición de libro» que está expresamente prohibida por la Constitución, por lo que pretende recurrir por esa vía. No obstante, esperará a conocer el detalle final de la norma que salga del Congreso y negociará una respuesta común del sector, según fuentes del mismo.

Finalmente, el tributo gravará los intereses y comisiones netos (los que cobran los bancos a sus clientes menos los que pagan ellos) a un tipo del 4,8%, y tendrán que tributar todas las entidades donde esa cifra superase los 800 millones de euros en 2019.

El sector entiende que ya pagan por esos ingresos en el Impuesto de Sociedades, ya que forman parte del beneficio, que es lo que grava este impuesto. Por tanto, entiende que se está tributando dos veces por el mismo concepto (doble imposición), que es lo que prohíbe la Carta Magna. Además, la banca ya sufre un recargo en Sociedades, puesto que se le aplica un tipo del 30% frente al 25% del resto de empresas.

Hacienda, en cambio, considera que técnicamente no existe tal doble imposición porque no hay ningún impuesto que grave estas magnitudes (intereses y comisiones) de la banca, sino que son meros pasos intermedios para calcular el Impuesto de Sociedades.

El Gobierno no oculta que quiere hacer daño a la banca

Desde el Gobierno no se disimula la intención de hacer daño al sector. Así, considera que la banca sólo paga un tipo efectivo en Sociedades del 23%, con lo que, al sumar este 4,8% (en realidad, no se pueden sumar, porque se aplican sobre conceptos diferentes), ni siquiera se llegaría al 30%, un tipo que no es raro en el resto de Europa.

Es más, el ministerio de María Jesús Montero considera que es más eficaz esta figura, que no denomina impuesto sino «prestación patrimonial de naturaleza no tributaria», que un recargo en Sociedades del 10%, por ejemplo, ya que este impuesto tiene múltiples agujeros -que el Ejecutivo no ha tapado en sus cuatro años en el poder- y un ajuste contable se ‘comería’ dicho recargo. En cambio, el nuevo impuesto se establece sobre una variable más controlable y fácil de seguir, en su opinión.

Y todavía hay más: una de las justificaciones del impuestazo es que las operaciones bancarias están exentas de IVA. Como este impuesto es el que más está creciendo en recaudación por culpa de la inflación (a tasas del 21%) , si un sector está infragravado en el IVA, el Estado no está recuperando toda la recaudación que debería.

Para rematarlo, otra razón para exprimir al sector financiero es que es menos intensivo en mano de obra que otros, por lo que su capacidad de contribuir al famoso «pacto de rentas» de Sánchez es mayor al no tener tantos trabajadores.

Ante todo esto, ayer el sector bancario y el energético estallaron en cólera y varios de sus representantes criticaron con dureza que el impuesto va a tener un impacto perjudicial en la economía española. El Santander cifró en 50.000 millones el recorte que puede sufrir el crédito por el impuestazo, y Josu Jon Imaz (CEO de Repsol) anunció que harán «todo lo necesario contra esta iniciativa arbitraria».

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